Cómo pulir el hormigón y los suelos
El hormigón se viene constituyendo en una excelente opción para los más variados tipos de espacios públicos y privados. Pero, pulir el hormigón es una tarea que requiere de cierta destreza.
Por tratarse de un material resistente, no es necesario pulirlo con frecuencia. Pero, de cuando en vez, sí es recomendable hacerlo para preservar sus características iniciales.
Para pulir los pisos de hormigón, debemos hacer una especie de comparación con lo que es lijar una superficie de madera (de muebles, por ejemplo), en la que se debe frotar con la lija para eliminar las imperfecciones propias del uso.
En el mercado es posible encontrar los utensilios necesarios para pulir estos pisos. Es importante que nos asesoremos, al momento de la compra, acerca de la manera de utilizarlos.
Pulir los suelos de hormigón
Existen dos métodos para pulir los suelos de hormigón. Uno es en seco y el otro es en mojado.
En lo que respecta al suelo de hormigón mojado, digamos que el agua se utiliza para enfriar los pequeños trozos de diamante y para eliminar el polvo presente.
El agua actúa como una especie de lubricante, al cabo que es útil para enfriar los equipos que suelen calentarse durante el proceso de pulimiento.
Sin embargo, este método presenta algunos inconvenientes, siendo el principal, la profusa suciedad que resulta una vez terminado el proceso.
En lo que respecta al método seco, digamos que las máquinas utilizadas para el pulido absorven el polvo por sí mismas. De esta manera, se podrá evitar la suciedad que resulta después de terminado un proceso húmedo.
No obstante, es necesario tener en cuenta que con el método seco, las máquinas sufren un mayor desgaste respecto del proceso húmedo.
Una alternativa bien recomendable, consiste en aplicar primero el método seco para, luego, acudir al proceso húmedo, obteniéndose así un mejor resultado final, al pulir el hormigón.